Desde luego es realmente difícil no sentirse interesado por la arquitectura española contemporánea. La recuperación económica, anímica y cultural que supuso el fin del franquismo y la transición democrática, unida a impulsos puntuales como el "efecto 92" (Olimpiadas y Expo Universal de Sevilla '92) ha hecho de España un centro de experimentación creativa de primer orden, en el que la arquitectura se sitúa en lugar preponderante. El carácter multicultural, incluso multinacional de España, unido a la variedad climática y paisajística, ha creado un amplio abanico de respuestas arquitectónicas, algunas más afortunadas que otras.